El verano, con sus días largos, sol radiante y vacaciones, es una de las estaciones favoritas para muchos. Durante esta época tendemos a pasar más tiempo al aire libre, hacer más deporte y comer más sano, pero, al mismo tiempo, nuestra piel tiene que trabajar más para protegerse de la radiación UV. Por eso queremos compartir los mejores consejos para reparar el daño solar en la piel tras el verano.
Los siguientes 3 pasos explican cómo podemos tratar la piel dañada por el sol y contrarrestar los efectos de los radicales libres.
Reparar la piel después del verano en 3 pasos
Al final de este artículo encontrarás una rutina completa para reparar la piel después del verano y el sol. Incluso si no te has quemado durante estos meses, esta rutina será igualmente muy eficaz para regenerar tu piel y prepararla para el frío.
1. Regenera tu piel
Para poder protegerse del sol, la piel produce más queratina para crear una capa extra de protección. Junto con la acumulación de células muertas, nuestra piel se endurece y hay más posibilidades de que aparezcan manchas de pigmentación.
Quitar este exceso de piel es clave para potenciar los mecanismos de regeneración de la piel y lucir un aspecto suave y radiante. Es importante quitar estas células poco a poco para respetar los ciclos de regeneración naturales de la piel.
Si exfoliamos de forma brusca y rápida, la piel producirá más capas protectoras y tendrá un aspecto cada vez más rugoso y grueso. La piel tiene memoria y, si la exfoliamos en exceso, podemos crear un círculo vicioso.
Algunas personas pueden caer en la tentación de optar por un tratamiento rápido como son los peelings químicos o el láser para quitar tanto las capas excesivas de piel como las manchas. El problema con este tipo de tratamientos es que, literalmente, queman la piel (sí, exacto, tienen el mismo efecto que una quemadura solar).
Después de un tratamiento tan agresivo, la piel crea más capas de queratina para protegerse y, en consecuencia, acaba teniendo un aspecto aún más rugoso. Estos tratamientos sensibilizan la piel, por lo que tras ellos es necesario aplicar un factor de protección solar alto que interfiere con la síntesis natural de vitamina D. Sin esta vitamina D natural, los melanocitos no pueden funcionar correctamente, de modo que la piel acaba siendo más propensa a la hiperpigmentación.
Por tanto, los tratamientos rápidos pero invasivos llevan a un aumento de las capas de piel y manchas de pigmentación. Con el tiempo, estos procesos hacen la piel más débil, sensible, deficiente en vitamina D y con más tendencia a la aparición de manchas oscuras.
Una regeneración celular ideal se obtiene combinando una exfoliación suave con una mascarilla estimulante. Dependiendo del tipo de piel, recomendamos aplicar el tratamiento una vez por semana.
2. Calma tu piel
Incluso con un factor de protección alto, parte de los rayos UV pueden penetrar en la piel y causar la formación de radicales libres. Estas moléculas pueden dañar la barrera humectante natural de la piel y las fibras de colágeno, al mismo tiempo que pueden provocar inflamación e hiperpigmentación. Calmar la piel tras el sol con nutrientes de planta antiinflamatorios es clave para contrarrestar los daños derivados de la radiación solar.
La mejor forma de combatir los radicales libres es nutrir la piel con nutrientes de planta antioxidantes que permitan una síntesis regular de vitamina D en la piel, incluido el rostro.
Recomendamos aplicar un sérum de plantas calmante y antioxidante que restaure la capa hidrolipídica (de la piel) y trate las partes congestionadas de la piel.
3. Nutre tu piel
La piel trabaja muy duro durante el verano, por lo que necesita más lípidos de planta naturales como son los aceites prensados en frío. Estos actúan como componentes estructurales de las membranas celulares y son esenciales para mantener la firmeza y elasticidad de la piel.
Idealmente, estos lípidos esenciales se combinan con extractos de planta completa altamente concentrados que se obtienen a través de procesos de maceración de plantas secuenciales. Estos extractos contienen todos los nutrientes de la planta y, junto con los lípidos, reparan, redensifican y renutren la piel desde el interior.
Hay una gran diferencia entre los productos que solo contienen aceites vegetales y los que se formulan con aceites de planta prensado en frío y una gran concentración de extractos de planta completa.
Rutina para el cuidado de la piel después del verano
En la siguiente rutina para el cuidado de la piel después del verano puedes combinar el tratamiento que uses actualmente por la mañana con una rutina de noche específica para revertir el daño del sol en la piel. Puedes seguir esta rutina durante 4 semanas y después continuar con la rutina para el cuidado de la piel en otoño.
MAÑANA
- Aplicar Perfecting Illumination para proteger la piel de la radiación solar baja (mañanas y noches) o para una exposición solar corta al mediodía (dependiendo, siempre, del fototipo y exposición solar previa).
- Aplicar Zen Solaire durante las horas de más radiación y para una exposición solar prolongada.
- Recomendamos aplicar este bálsamo solar sobre las manchas de pigmentación todos los días, independientemente del índice UV o del tiempo de exposición.
NOCHE
- Limpiar la piel con Detox Deluxe.
- Aplicar Alpha Tonic para calmar la piel.
- AAplicar Midnight Rejuvenation para redensificar y reconstituir la piel.
- Una vez por semana, aplicar la mascarilla Instant Liberation para estimular la regeneración celular. Aplicar una fina capa justo antes de ir a dormir y dejarla actuar durante la noche.
- Una vez por semana, aplicar el tratamiento exfoliante de retinol natural True Revelation. Antes o en vez del paso de limpieza, humedecer la piel con agua y exfoliar con una pequeña cantidad de producto. Es importante ir con mucho cuidado, ya que frotar en exceso puede perjudicar la piel y agravar los problemas de pigmentación.
Estos consejos sobre cómo reparar el daño solar en la piel después del verano con diferentes nutrientes de plantas es sencilla y efectiva. Complementariamente, recomendamos también nutrir la piel con una dieta rica en verduras, grasas saludables y proteínas de calidad.