Nuestra metodología de cuidado integrativo de la piel (Integrative Skincare Methodology™) se basa en más de 50 años de investigación y experiencia en la piel como parte integral del cuerpo humano. Si bien la aplicación tópica de las formulaciones de LE PURE, que contienen plantas medicinales muy potentes, es altamente efectiva, sabemos que existen múltiples factores internos que deben tratarse para conseguir los mejores resultados posibles.
Estudios científicos recientes también documentan esta interconexión de la piel con nuestra salud emocional, así como el sistema nervioso, el microbioma intestinal y cutáneo y el sistema endocrino. La dermatología integrativa está apenas emergiendo y la mayoría de los dermatólogos, formados principalmente en aplicaciones tópicas, no tienen suficiente conocimiento sobre cómo utilizar las plantas medicinales para tratar la piel.
Nuestra experiencia de más de medio siglo en la investigación de plantas medicinales, sus beneficios y la dosis ideal para la piel, nos ha permitido formular una línea de cuidado de la piel con una eficacia incomparable. Al combinar estos productos únicos y ricos en nutrientes con nuestro conocimiento en el cuidado integrativo de la piel, podemos brindar consejos sobre cómo mejorar la piel y la salud en general.
Uno de los factores más importantes del estado de la piel es la nutrición. La piel se nutre desde el exterior con los productos de cuidado de la piel y desde el interior con los alimentos que consumimos. Si nuestra dieta está desequilibrada o carece de nutrientes esenciales, la piel se resentirá.
Años de mala alimentación pueden tener un profundo impacto en nuestra salud general en consecuencia, en la piel. El cuidado integrativo de la piel debe tener en cuenta la nutrición de la persona para conseguir los resultados óptimos para la piel.
El microbioma intestinal y el estado general del intestino están estrechamente relacionados con la salud de nuestra piel. Un microbioma intestinal desequilibrado Un intestino permeable no puede absorber todos los nutrientes que recibe lo que puede provocarcarencias importantes..
En caso de falta de nutrientes en el organismo, la piel suele ser el último órgano en recibir su parte. Órganos vitales como el corazón, los pulmones, el hígado y el cerebro vienen primero, y a menudo no quedan nutrientes para la piel, lo que conduce al desarrollo de alteraciones cutáneas con el tiempo.
La vitamina D es sintetizada por la piel cuando se expone a la radiación UVB. Del mismo modo que la mayoría de las plantas, los seres humanos pueden sobrevivir sin luz solar. Hasta hace 150 años, la gente pasaba la mayor parte del día al sol. Con el cambio de estilo de vida, la deficiencia de vitamina D se ha convertido en algo habitual en la sociedad occidental.
La carencia de vitamina D afecta a la piel en muchos niveles, ya que la vitamina D es crucial para el intestino, el sistema inmunitario, el sistema nervioso, el sistema endocrino y muchos órganos vitales. Sólo un ligero descenso tiene un efecto negativo sistémico. Algunos de los médicos con los que colaboramos consideran que los valores que indican la suficiencia de vitamina D se establecen demasiado bajos e idealmente deberían ser mucho más altos.
La deficiencia de vitamina D empeora por los dermatólogos que prescriben el uso de protectores solares, en su mayoría químicos, para aplicar durante todo el día, sin importar la estación del año. La exposición al sol reducida altera por completo las funciones naturales de nuestra piel y sus células productoras de pigmento empiezan a trabajar con menos eficacia.
Con la promoción masiva de protectores solares, hemos visto un fuerte incremento de los problemas de hiperpigmentación. El protector solar debe formar parte de una estrategia de protección solar, pero no puede ser el único método de protección. La protección solar ideal depende de múltiples factores individualizados, como el fototipo, el lugar de residencia, el estilo de vida, los antecedentes cutáneos, la historia clínica y la medicación.
La mayoría de los productos de protección solar contienen grasas sintéticas o modificadas químicamente, que crean una capa superficial sobre la piel. La aplicación diaria de estos productos no solo interfiere en las funciones naturales de la piel, sino que también puede provocar hiperpigmentación, poros dilatados, sequedad cutánea y otras alteraciones de la piel. Recomendamos utilizar protectores solares biológicos que potencien los mecanismos de autodefensa de la piel y ropa protectora.