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Consejos para cuidar tu rostro en otoño

Close-up of a thistle on the sand

El otoño es una época de transición y contrastes, un interludio entre los calurosos meses de verano y el frío del invierno. Como los cambios de temperatura abruptos son normales durante esta estación, es esencial tener un especial cuidado de la piel. Es por eso que nos gustaría compartir algunos hábitos saludables y consejos específicos sobre cómo cuidar tu rostro y salud en otoño.

Una visión holística de la piel significa combinar los mejores productos con un cuidado también desde el interior. Nuestro estilo de vida durante el otoño afecta nuestra nutrición, ejercicio y socialización, por lo que tenerlos en cuenta es crucial para preparar tanto el cuerpo como la piel para los meses más fríos.

¿Cómo afecta el clima a la piel?

Los cambios de clima abruptos pueden llegar a dañar la piel. Al bajar las temperaturas y disminuir las horas de sol, normalmente cambian nuestros hábitos y rutinas, lo cual puede afectar la piel a varios niveles.

Uno de los cambios más importantes es la disminución de los niveles de vitamina D como consecuencia de menos horas de sol y de la menor intensidad del mismo. La vitamina D es una hormona con un papel fundamental en muchos de los procesos que tienen lugar tanto en el cuerpo como en la piel.

Además, junto con los cambios de temperatura, los daños derivados del sol y del verano pueden llevar a que la piel pierda parte de su hidratación y tono. Factores como la calefacción interior y el agua caliente también secan la epidermis.

Mantener una piel sana y evitar el envejecimiento prematuro son resultado de una serie de factores. Aunque normalmente se asocian los cambios en la piel durante el otoño a los bajos niveles de vitamina D o a la pérdida de hidratación, hay otros aspectos importantes que debemos tener en cuenta si queremos mantener una piel saludable y radiante.

Panoramic view of a forest in the fall with a lake, mountains and three people hiking.

Tips de otoño para una piel y mente sana

Como hemos visto, nuestros hábitos diarios tienden a cambiar en otoño; el hecho de que los días sean más cortos. La vuelta a la rutina pueden impactar negativamente en nuestra vida social, el tiempo que pasamos fuera y la alimentación. Con el tiempo, esto acaba afectando a nuestro bienestar y, como consecuencia, a nuestra piel. Presentamos una lista con los mejores hábitos y tips de otoño para ayudarte a mantener un espíritu positivo y un cuerpo y piel sanos.

1. Pasa tiempo en el exterior

Aunque los largos y soleados días de verano se hayan acabado, esto no significa que tengamos que encerrarnos en casa. Aprovecha las horas de sol y planea actividades para hacer fuera con tu familia y amigos. Hacer deporte al exterior u optar por paseos diarios también te ayudará a reforzar tu sistema inmune y a mejorar tu humor.

Si es posible, trata de exponer más tu piel al sol quitándote la chaqueta o jersey de vez en cuando. Dependiendo de tu situación geográfica, la síntesis de vitamina D en la piel puede ser más difícil durante los meses de frío, ya que la radiación UVB es más débil.

No obstante, la síntesis natural de vitamina D, aunque poca, es beneficiosa para la piel y favorece el buen funcionamiento de los melanocitos. Es probable que, en invierno, necesites reforzar esta síntesis con suplementos de vitamina D, siempre según las recomendaciones y supervisión de un médico.

Si es necesario, puedes ponerte protector solar biológico para proteger la piel sin renunciar a los beneficios del sol. Un protector con un SPF entre 15 y 20 debería ser suficiente para permitir la síntesis de vitamina D sin dañar la piel.

Es importante recordar que la síntesis natural de vitamina D tiene lugar gracias a los rayos UVB. Si, por ejemplo, te gusta sentarte al lado de una ventana para disfrutar del sol, debes saber que solo los rayos UVA pueden penetrar el vidrio, no los UVB. Por lo tanto, es necesario intentar salir para exponer la piel al sol de forma directa.

2. Sigue una buena alimentación

Si bien durante el verano la gente tiende a comer más frutas y verduras frescas —algunas frutas como el melón o la sandía, por ejemplo, aportan una gran cantidad de agua—, durante el otoño es necesario poner más atención en los alimentos que consumimos.

Al pasar más tiempo en casa, la fruta y verdura es fácilmente reemplazada por snacks como las patatas fritas, la bollería, la pasta u otros carbohidratos y alimentos ultraprocesados. Si este cambio en la alimentación va acompañado de un estilo de vida menos activo, el cuerpo puede experimentar una serie de cambios que acaban reflejándose en la piel.

Coloured drawing of a pumpkin with a leaf and a flower

Para revertir esta tendencia, puedes optar por frutas y verduras otoñales que te aportarán numerosos minerales y vitaminas necesarios para hidratar, nutrir y proteger la piel desde el interior.

Los boniatos, por ejemplo, son un carbohidrato de gran calidad y una fuente de vitamina A, beneficiosa para el sistema inmunitario. Las judías verdes y las zanahorias también contienen vitamina A y vitamina K, la cual favorece la circulación sanguínea.

Para un aporte extra de vitamina C, puedes escoger frutas como los tomates, las granadas o las manzanas. En el caso de las manzanas, se trata de una fruta también muy rica en fibra, un carbohidrato que el cuerpo no puede absorber pero que favorece una buena digestión y la sensación de saciedad.

También recomendamos incorporar proteína en tu dieta diaria. Puedes optar por alimentos como el pollo o el pavo orgánicos, u opciones veganas como las judías negras, los garbanzos o el tofu. Las judías negras, además, refuerzan las bacterias probióticas, por lo que pueden ayudar a mejorar la digestión.

Recuerda beber agua de forma diaria. La recomendación general son 2 litros de agua al día. Ten en cuenta que el agua de las frutas y verduras también aporta hidratación a tu cuerpo y a tu piel.

3. No te olvides de las emociones

La ansiedad específica de otoño es más común de lo que puede parecer; todos los elementos externos que caracterizan esta estación son factores que cambian nuestro estado emocional, el cual está directamente relacionado con nuestro bienestar y nuestra piel.

Aparte del papel de la vitamina D en el funcionamiento de la glándula tiroidea, las hormonas y, en consecuencia, nuestro humor, la sensación de que el verano ha terminado puede agravar síntomas como la irritabilidad y la fatiga. La vuelta al trabajo o a los estudios —lo que va acompañado de un aumento de las obligaciones— también puede causar más estrés y afectar a la piel.

A woman in sportswear doing yoga with her eyes closed and her right hand rising to the sky.

Al pasar menos tiempo fuera, tendemos a usar más el móvil, el ordenador o ver la televisión. Estas actividades pueden afectar la socialización y los encuentros con otras personas, los cuales juegan un papel fundamental en nuestro bienestar.

En este sentido, el aislamiento y un estado de ánimo más bajo pueden aumentar los malos hábitos alimentarios y crear un círculo vicioso del que es difícil salir. Es por eso que es importante escoger nuestra rutina con atención. El ejercicio físico, las actividades en el exterior o la socialización reducen los niveles de estrés e incrementan la serotonina, lo cual ayuda a mejorar el humor y evitar el envejecimiento prematuro de la piel.

Ahora es el momento de fortalecer el cuerpo y adquirir buenos hábitos que nos ayuden a estar en forma y preparados para el invierno.

4. Aprovechar la meditación

El otoño es parte del círculo de renovación de la naturaleza. Por lo que puede ser el mejor momento para la introspección y poder reconectar con uno mismo. La meditación o el yoga son muy beneficiosos tanto para el cuerpo como la mente; se trata de prácticas que calman el sistema nervioso y disminuyen los niveles de ansiedad a la vez que activan el cuerpo.

Una buena rutina a la hora de dormir también ayuda a mantener una buena energía durante el día. Es importante recordar que dormir bien es uno de los secretos básicos para una piel radiante.

Todos estos consejos sobre cómo cuidar tu rostro y cuerpo en otoño pueden ayudarte a mejorar tus hábitos durante esta época del año. Crear una rutina adecuada te ayudará a evitar errores que podrían acabar dañando tu piel en un momento de especial vulnerabilidad.

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