Aunque la mayoría de la gente piensa que un factor SPF alto aplicado cada mañana es la solución perfecta para proteger la piel del sol, la realidad es mucho más compleja. Hoy en día vemos un aumento de los casos de gente que lucha contra la hiperpigmentación y otros problemas de la piel como la deficiencia de vitamina D o el envejecimiento prematuro.
Los valores SPF miden el nivel de radiación solar (UV) necesario para producir quemaduras en una piel protegida en relación con el nivel necesario para tener el mismo efecto en una piel desprotegida.
Sin embargo, los SPF no pueden indicarnos la protección que nos da un producto para contrarrestar el estrés oxidativo y el desarrollo de radicales libres. Tampoco tienen en cuenta los efectos negativos que algunos de los ingredientes de los protectores solares tienen para la piel cuando los aplicamos de forma habitual.
Encontrar la forma de protegerse del sol más adecuada para tu tipo de piel es esencial tanto para tu salud en general como para tu piel en particular. Del mismo modo que las plantas, nuestro cuerpo necesita la radiación solar para llevar a cabo funciones importantes como es la síntesis de vitamina D.
Unos niveles bajos de vitamina D dificultan el buen funcionamiento del organismo y aumentan las posibilidades de desarrollar alguna enfermedad.
La vitamina D está relacionada con el sistema inmunitario, el intestino, la glándula tiroidea, las hormonas y el metabolismo (una deficiencia de vitamina D puede provocar un aumento de peso o inhibir la pérdida de peso).
Aunque tomar suplementos puede ayudar, nuestro cuerpo necesita la vitamina D proveniente del sol para un buen funcionamiento del organismo y prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
Si aplicamos frecuentemente protectores solares con un SPF alto, estaremos actuando en contra del funcionamiento natural de nuestra piel y, paradójicamente, favoreciendo su envejecimiento. Es esencial que cada persona encuentre el nivel de exposición solar perfecto para que esta sea segura y se eviten los efectos negativos de una radiación excesiva.
Tenemos diferentes opciones para proteger la piel del sol de forma segura. Dependiendo de las necesidades específicas de tu piel, los mejores consejos sobre cómo protegerse del sol son siempre una combinación de los siguientes pasos:
Es por eso que, si planeas pasar tiempo bajo el sol, es imprescindible encontrar el equilibrio perfecto de protección solar.
Interiores muy luminosos como las salas de exposiciones, conciertos, etc. pueden exponer tu piel a la radiación solar, por lo que aplicar un protector solar biológico es también recomendable.
El agua, la arena, la nieve o las páginas blancas de un libro pueden reflejar e incrementar la radiación UV, por lo que, durante las horas de mayor radiación, es importante combinar la opción de la sombra con uno o dos de los siguientes consejos.
Tanto la sombra como la ropa son un método de protección más seguro para tu piel que los protectores solares, ya que tanto el sudor como el agua reducen sus niveles de protección una vez están en contacto con tu cuerpo.
La protección solar de tejidos y materiales textiles se mide a través del llamado factor de protección violeta (UPF, por sus siglas en inglés). El tejido tejano, por ejemplo, tiene un UPF de 100, mientras que los colores más claros y los materiales más transparentes ofrecen un nivel menor de protección.
En relación con los protectores solares, es importante encontrar siempre un equilibrio entre proteger nuestra piel y permitir una exposición solar necesaria y segura. Existen diferentes tipos de protectores solares, pero los productos más beneficiosos para proteger la piel del sol son los que presentan una alta concentración de protección solar biológica.
Los productos de protección solar con un SPF medio o alto pueden contener, o bien protectores químicos, o bien protectores físicos. Los protectores químicos contaminan el medioambiente y pueden actuar como disruptores endocrinos, por lo que no recomendamos esta opción.
Los protectores físicos contienen minerales como el dióxido de titanio o el óxido de zinc, los cuales permanecen en las capas más superficiales de la piel y reflejan la radiación solar. El problema es que muchos de estos protectores también presentan grasas y otras sustancias químicamente modificadas que, en combinación con los minerales, crean una capa que resulta sofocante para la piel. Por tanto, si aplicamos este tipo de protector solar como mecanismo para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, vamos a interferir en su metabolismo, lo que, con el tiempo, acaba favoreciendo el envejecimiento y los poros dilatados.
La solución pasa por utilizar un protector solar con una cantidad pequeña de minerales. Esta opción va a proteger la piel sin sofocarla, va a aumentar sus defensas naturales contra los rayos UV y va a permitir la síntesis de vitamina D.
Este tipo de protector solar biológico y mineral puede combinarse con los consejos anteriores. Nuestro bálsamo protector solar Zen Solaire fue formulado siguiendo estos principios.
Se puede empezar por unos cuantos minutos de exposición solar cada día durante la primavera e ir aumentando el tiempo lentamente según tu tipo de piel, salud y estilo de vida. Estos minutos de exposición al sol deberían hacerse con un protector solar biológico que no impida la síntesis de vitamina D, clave para asegurar un correcto funcionamiento de los melanocitos y, en consecuencia, una pigmentación uniforme.
Con el tiempo, el protector solar biológico y los mecanismos de autodefensa naturales de la piel la dotarán de una protección efectiva contra los UVB y los UVA.
Los nutrientes fotoprotectores de origen vegetal también potencian la capacidad de autodefensa de la piel tanto desde el exterior (protector solar) como desde el interior (nutrición).
Estos consejos básicos sobre cómo protegerse del sol son una guía que deberás adaptar a tus propias necesidades y a las de tu piel.
Cada tipo de piel es diferente y, por tanto, necesita una protección solar determinada por una serie de factores como la salud, el medioambiente o el estilo de vida de cada uno.
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