Algunas plantas, como la Caléndula y el Espino Amarillo, que son naturalmente ricas en proVitamina A y, por lo tanto, son la versión vegetal del retinol. Los carotenoides también contribuyen al funcionamiento ideal de las células melanocíticas, responsables de la pigmentación uniforme de la piel.
En productos de cuidado de la piel convencionales, los retinoides son retinoles de origen animal que proceden de enzimas que se encuentran en la leche y los huevos. Estos ingredientes se producen en un laboratorio y la piel no los reconoce como naturales y reacciona frecuentemente con sequedad, descamación, irritación y enrojecimiento.
El bioretinol presente en las plantas está potenciado y equilibrado por cientos de otros componentes vegetales beneficiosos. Juntos estimulan la regeneración celular ideal sin sensibilizar la piel.
Una renovación celular excesiva puede estresar la piel, lo que puede dar lugar a la producción no deseada de radicales libres. La industria cosmética puede prometer resultados rápidos, pero la piel es un órgano con ciclos determinados y no hay atajos.
La verdadera regeneración de la piel es un proceso gradual. Para conseguir los mejores y más duraderos resultados, alimenta tu piel de forma constante con los mejores nutrientes naturales.