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Tratamiento acné

La piel acneica se caracteriza por el enrojecimiento y la presencia de comedones, pápulas y/o pústulas. Es un proceso inflamatorio que se desarrolla en los folículos pilosos de las glándulas sebáceas. El tratamiento para el acné incluye una rutina específica de cuidado de la piel acompañada por la eliminación de factores internos que pueden provocar la aparición del acné o agravar sus síntomas.

Productos para tratar el acné

Emulsión Reparadora Elasticidad

41 79 

Elixir Purificante y Calmante

41 79 

Esencia Regenerante Antioxidante

41 79 

Aceite-Sérum Reestructurante

41 103 

Elixir Lifting Purificante

41 136 

Crema Concentrada Nutrición Profunda

41 109 

Maquillaje Hidratante Natural

41 103 

Sérum Reafirmante y Vivificante

41 111 

Mascarilla Purificante Termo-Activa

41 101 

Set para pieles con Acné, Hiperpigmentación o Dermatitis Seborreica

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Prueba el bálsamo Smooth Addiction

Los resultados son insuperables.
El país - Periódico
Rutina de cuidado para tratar el acné

Cuidado de la piel acneica

La rutina ideal para el cuidado de la piel acneica consiste en un ritual de limpieza extremadamente suave para evitar que se extienda o empeore la inflamación. Es esencial tocar la piel lo menos posible y evitar apretar los granos, ya que esto provoca cicatrices y la aparición de más granos.

La mascarilla Instant Liberation purifica y trata eficazmente las zonas afectadas durante la noche y hace que no sea necesaria la extracción manual de granos o espinillas.

Rutina de día para el acné

Lavar la piel con Alpha Tonic. Aplicar Way to Radiance y masajear sobre la piel húmeda.

Rutina de noche para el acné

Aplicar Alpha Tonic en un disco de algodón humedecido con agua y limpiar suavemente la piel realizando movimientos en espiral siguiendo el ritual de limpieza facial profunda The Wave Cleansing. Pulverizar Nectar Immortel sobre el rostro y masajear 1 dosis de Midnight Rejuvenation sobre la piel húmeda.

Rutina semanal para el acné

Cada 10 días, después de la limpieza, aplicar el tratamiento exfoliante suave y de retinol natural True Revelation.

Cinco veces por semana, como el último paso de la rutina de noche y justo antes de ir a dormir, aplicar una capa fina de Instant Liberation como una crema y dejar actuar durante la noche.

Los diferentes tipos de acné

Hay muchos grados y tipos de acné. En el caso de acné moderado y severo, la piel puede presentar enrojecimiento, pápulas y granos inflamados. Las piel acneica suele manifestarse en la cara, el cuello, el pecho, los hombros y la espalda. Si se presentan muchas rojeces en toda la cara, se debería seguir el tratamiento de rosácea con acné.

La piel grasa es una condición común entre los adolescentes, y generalmente va acompañada de acné. Cuando cesa el llamado “bombardeo hormonal”, que marca el final de la adolescencia, también termina la hiperactividad de las glándulas sebáceas, con lo que se normaliza la secreción del sebo.

Las personas que sufrieron acné en la adolescencia pueden seguir teniendo piel grasa en la edad adulta, acompañada de los síntomas que conlleva (granos y poros dilatados, sobre todo en la nariz y en la barbilla). En estos casos, es fundamental mantener la piel perfectamente, hidratada, purificada y nutrida. También hay que evitar tocar los granos para evitar cicatrices e hiperpigmentación postinflamatoria.

La alimentación, los problemas emocionales y las hormonas son factores importantes que influyen en la piel acneica y que hay que tener en cuenta durante el tratamiento de este tipo de alteración cutánea.

Existen diferentes tipos de acné y diferentes maneras de clasificarlos. Sin embargo, estos son los tipos de acné más comunes:

  • Comedones cerrados (puntos blancos): Los comedones cerrados son protuberancias blancas muy pequeñas que aparecen en la piel. Se forman cuando la grasa y las células muertas de la piel permanecen bajo la piel y bloquean los poros cutáneos.
  • Comedones abiertos (puntos negros): Los comedones abiertos están expuestos a la superficie y aparecen como pequeñas protuberancias oscuras en la piel. El exceso de sebo se oxida al entrar en contacto con el aire, de ahí el característico color negro.
  • Pústulas (granos): Las pústulas son un tipo de acné inflamatorio y se trata de protuberancias ligeramente más grandes, normalmente acompañadas de enrojecimiento alrededor del pus amarillento. El poro obstruido suele estar lleno de células inmunitarias y bacterianas.
  • Pápulas: Otro tipo de acné leve son las pápulas. Aparecen como protuberancias en la piel sin un centro claro, aunque la piel alrededor de las pápulas suele estar enrojecida e inflamada.
  • Acné quístico: El acné quístico es el tipo más grave de acné y aparece en forma de quistes profundos y dolorosos bajo la superficie de la piel. Los poros están obstruidos con células cutáneas muertas y grasa. Estas protuberancias son muy dolorosas, rojas o blancas y suelen ser de tacto blando.
  • Acné nodular: Los nódulos son un tipo de acné muy grave. Surgen cuando los poros obstruidos de la piel se inflaman y dan lugar a nódulos duros y dolorosos sin puntos blancos ni negros visibles. Los nódulos pueden durar semanas o meses. La infección y la inflamación se producen debido a que la bacteria Cutibacterium queda atrapada debajo de la piel.

¿Cuáles son las causas del acné?

Es esencial identificar los factores subyacentes que provocan el acné. Muy a menudo existe una causa principal del acné, que se ve agravada por una serie de otros factores, tanto internos como externos. Para tratar el acné de manera eficaz, tenemos que abordar todas sus potenciales causas y optimizar nuestro estilo y hábitos de vida.

  1. Alimentación y acné
  2. Estrés emocional y acné
  3. Hormonas y acné
  4. Vitamina D y acné
  5. Problemas digestivos y acné
  6. Enfermedades que causan acné
  7. Acné causado por medicamentos
  8. Rituales de cuidado de la piel que agravan el acné
  9. Productos cosméticos que causan acné
  10. Acné causado por la exposición al sol
  11. Problemas dentales y acné

1. Alimentación y acné

La relación entre alimentación y acné debe ser una de las primeras consideraciones a la hora de crear un plan de tratamiento integral para el acné. Un exceso de hidratos de carbono, combinado con un déficit de proteínas y grasas de alta calidad, puede provocar un desequilibrio tanto nutricional como hormonal que favorezca la aparición del acné. Evitar el azúcar y sus sustitutos como la miel y los siropes naturales, así como los zumos y batidos. En su lugar, optar por un desayuno salado y reducir la cantidad de almidones, carbohidratos y lácteos en la dieta. Los productos lácteos tienen un efecto inflamatorio en el organismo y deben consumirse en pequeñas cantidades. Cuando se consuman, es preferible que sean ecológicos y procedentes de cabras y ovejas.

La alimentación en la adolescencia tiene un papel muy importante en la evolución de la piel y el sebo. Un consumo elevado de azúcar o alimentos azucarados conlleva un mayor riesgo de desarrollar acné durante la adolescencia. El azúcar tiene un componente que está directamente relacionado con la grasa. Una alimentación óptima es la base para un sistema hormonal equilibrado y, como resultado, también de una piel equilibrada. Todos los factores suman y, una mala dieta durante años, en combinación con fases de estrés emocional, pueden favorecer la aparición de acné. Cuando hablamos de alimentación y de piel hay que pensar a largo plazo. Las alteraciones no se crean en un día, sino que son una suma de nuestro estilo de vida durante meses o años.

2. Estrés emocional y acné

Muchas veces, el estrés emocional y el acné suelen estar muy relacionados. Las emociones son una parte importante de nuestra salud desde el principio. Dependiendo de los factores de estrés que nos rodean, podemos empezar a experimentar fuertes emociones desde la infancia. Si no resolvemos estas experiencias negativas y no aprendemos a afrontar los problemas emocionales, estos momentos de estrés emocional temprano pueden definirlos a lo largo de toda nuestra vida. En algunas personas, el conjunto de estrés emocional con otros factores, como una alimentación desequilibrada, puede provocar alteraciones cutáneas.

Hay un estrés positivo, el eustrés, que está relacionado con una activación beneficiosa a corto plazo, cuando uno se centra en un determinado objetivo o proyecto alcanzable. Este estrés se puede vincular con el equilibrio, el entusiasmo y la pasión.

Pero hay también un estrés tóxico que conduce a pensamientos y patrones negativos. Detrás de este tipo de estrés hay una falta de autoestima que lleva a no creer en uno mismo, a la autocrítica y al juicio constantes. Nuestra piel refleja cómo “afrontamos” las circunstancias y dificultades de la vida – cómo “damos la cara”.

El estrés tóxico crea un desequilibrio constante en nuestro cuerpo y puede afectar a nuestra salud. Habitualmente, detrás de una piel acnéica se encuentran patrones de autocrítica y de miedo que afectan tanto a nuestro organismo como a nuestra piel. La piel del rostro es una parte muy visible de nuestra apariencia y, por lo tanto, el acné y la inflamación comunican al mundo las emociones que no tenemos resueltas en nuestro interior.

3. Hormonas y acné

La punta de la pirámide de la alimentación y la gestión de nuestras emociones es el sistema hormonal. La conexión entre las hormonas y el acné tiene que examinarse con atención para determinar si un desequilibrio hormonal está causando o agravando la aparición del acné.

La comida y las emociones que nos alimentan tienen un gran impacto en el equilibrio de nuestras hormonas. Un desequilibrio de estas puede conducir a inflamación y sobreproducción de sebo en nuestra piel, provocando así una piel acnéica.

4. Vitamina D y acné

La deficiencia de vitamina D y el acné suelen estar estrechamente relacionados. Unos valores bajos de vitamina D afectan a nuestro organismo en muchos niveles y están vinculados a la inflamación.

La deficiencia de vitamina D puede influir en el funcionamiento de la glándula tiroide, la cual regula nuestro sistema hormonal. Un desequilibrio hormonal puede causar inflamación y una alteración del sebo de la piel. Por lo tanto, es imprescindible determinar los niveles de vitamina D con un análisis de sangre y, en caso de deficiencia, obtener la prescripción correcta por parte de un profesional médico.

5. Problemas digestivos y acné

Muchas veces, la combinación de problemas digestivos y acné no es ninguna coincidencia. Padecer de un intestino permeable, también llamado síndrome del intestino agujereado, es una fuente de inflamación en el organismo que también puede aumentar la permeabilidad de la piel. Junto con otros factores, los problemas digestivos pueden agravar las pieles con tendencia acneica.

6. Enfermedades que causan acné

Ciertas enfermedades autoinmunes pueden causar acné. Aún así, un médico debe confirmar si existe una relación directa entre la enfermedad que se padece y el acné. Aunque ciertos síntomas o efectos secundarios de la medicación no puedan eliminarse, se puede optimizar la nutrición, bienestar emocional y el cuidado de la piel para mitigar los efectos del acné causado por la enfermedad.

Un hígado sobrecargado también puede provocar la aparición de acné. Las hormonas, el alcohol, la cafeína o los subproductos inflamatorios de los alimentos pueden dañar el hígado, dando lugar a la formación de acné debido a esta sobrecarga.

7. Acné causado por medicamentos

En algunos casos, el acné está causado por ciertos medicamentos. Aunque a algunas mujeres se les recetan anticonceptivos para tratar el acné, a menudo se trata solo de una solución temporal. Una vez que se deja de tomar la píldora anticonceptiva, en muchos casos se produce un rebrote de acné, ya que el cuerpo está intentando equilibrar sus hormonas. En ese caso, hay que tener paciencia y esperar a que el sistema hormonal y la piel recuperen su equilibrio natural. Pueden pasar muchos meses hasta que se restablezca el equilibrio natural. Mientras tanto, hay que centrarse en una nutrición antiinflamatoria, el equilibrio emocional y establecer una rutina ideal para el cuidado de la piel con acné.

8. Rituales de cuidado de la piel que agravan el acné

Un factor importante que puede agravar el acné y que a menudo se pasa por alto, son los rituales agresivos de cuidado de la piel. En caso de inflamación, es importante evitar cualquier frotamiento o movimiento brusco al limpiar la piel.

Realizar movimientos suaves como se explica en el Wave Cleansing Ritual o, en casos graves, simplemente dar suaves golpecitos en la piel con el disco de algodón. Tocar la piel con extrema suavidad es esencial para evitar extender la inflamación.

No tocar nunca los granos ni los comedones, ya que puede provocar cicatrices e hiperpigmentación postinflamatoria. Pulverizar Nectar Immortel sobre la piel a lo largo del día y, por la noche, aplicar Instant Liberation sobre las zonas afectadas.

9. Productos cosméticos que causan acné

Es posible que determinados productos cosméticos provoquen acné. Los cosméticos que contienen grasas sintéticas (por ejemplo, derivados del petróleo o siliconas) o grasas modificadas químicamente (por ejemplo Cetearyl Alcohol, Caprylic/Capric Triglyceride, Stearate) pueden obstruir los poros, provocando o empeorando la piel acneica.

Por otro lado, hay muchos productos que resecan la piel, como los geles limpiadores y los ácidos. Sin embargo, esta sequedad constante de la piel puede llevar a un aumento de la producción de sebo, ya que la piel nota que le falta grasa y empieza a producir más.

Las sustancias cosméticas, como los conservantes (parabenos, etc.) y los filtros solares químicos, pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo, provocando un desequilibrio en la producción de sebo.

10. Acné causado por la exposición al sol

Recomendamos evitar la exposición excesiva al sol, ya que el sol no cura el acné. Al contrario, es un falso amigo de las pieles con acné. Al principio, parece que el efecto secante del sol mejora la piel acneica, pero los rayos ultravioleta B aumentan el grosor de la epidermis, lo que causa microquistes y puntos negros. Debido a este efecto, hay acné que se produce por la exposición al sol y empieza a aparecer o empeorar al final del verano o después de unas vacaciones al sol.

11. Problemas dentales y acné

Los problemas dentales y el acné suelen estar estrechamente relacionados. Cualquier tipo de infección o inflamación en la boca tiene un efecto negativo en la piel de la cara. Los conductos radiculares inflamados son a veces la causa de casos persistentes de acné. La inflamación y los quistes a menudo no son visibles en las radiografías normales y requieren un TAC o una tomografía de haz cónico. Es esencial buscar un dentista que pueda ayudar a evaluar la salud de los dientes y las encías.